martes, 12 de abril de 2011

Introducción_


Estamos en la Era de la información o red global: esta etapa ha permitido la revolución de la información más grande de todos los tiempos, incluso más allá de lo que supuso la invención de la imprenta. Ha logrado conectar a millones de personas a nivel mundial acelerando el proceso de comunicación, permitiendo el acceso a una inmensa base de datos llamada Internet, una red mundial de conocimiento que sirve para afrontar desafíos importantes en materias como la educación, la salud, la seguridad y, como no, la cultura.

Como ocurre con todo, esta red global presenta sus ventajas y desventajas, haciéndonos reflexionar sobre los impactos digitales que se han generado en las últimas décadas.
Por tanto, podemos llegar a la conclusión de que existen dos posturas claramente diferenciadas sobre la importancia de los medios digitales. Una postura que observa la tecnología y los medios digitales como facilitadores del desarrollo y la evolución; otra postura que siente como la tecnología puede llegar a adueñarse de nosotros, resultando más nociva que beneficiosa.

De estas dos posturas, se desprenden aspectos positivos y negativos de la tecnología.

De los positivos podemos destacar: la extensión de los sentidos del hombre, la agilidad y rapidez en el intercambio de conocimientos, el acceso a la información, los enormes beneficios en el terreno de la salud, la comunicación virtual y la transformación de los modelos educativos.

De los aspectos negativos: la dominación cultural y tecnológica, generado, en ocasiones, una cierta dependencia, la creación de monopolios en el terreno informático, cambio en la estructura familiar y laboral e incluso la pérdida de identidad e intimidad.

Si tenemos en cuenta estos últimos aspectos exclusivamente, sí podríamos estar ante una grave crisis, sin embargo, me parecería un enfoque poco acertado. ¿Por qué? Porque el límite lo ponemos nosotros. Permitir que lo digital entre en nuestras vidas y las transforme, llegando incluso a convertirse en nuestro único modus operandi, es algo que cada uno puede decidir.

Mi visión es sencilla: sacar lo positivo de la tecnología, beneficiarnos de ella, no permitiendo que determine nuestras vidas, siendo una de tantas herramientas que nos allanan el camino. ¿Cómo? Mejorando el acceso a la tecnología con el afán de crear igualdad, superando los problemas de lenguaje, asegurando el libre flujo de ideas y el libre discurso. Acercar al hombre, aunque sea de manera virtual y utilizar las herramientas como extensión de los estímulos educativos, ayudando a clarificar ideas o conceptos y permitiendo visualizar lugares que probablemente nunca se podrán visitar.

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